Tras la publicación de una carta abierta en la que se relata un patrón de violaciones de los derechos laborales en plantaciones de melón en Honduras, Comercio Justo USA ha descertificado al productor Suragroh, una subsidiaria de Fyffes. La empresa irlandesa Fyffes es una de las marcas de frutas más grandes del mundo y el mayor importador de melones de temporada de invierno para el mercado de los Estados Unidos. Fyffes es propiedad del conglomerado japonés Sumitomo.
Los sindicatos agrícolas hondureños, Proyecto para un Mundo Justo y el Foro Internacional de Derechos Laborales llaman a que Fyffes negocie con el STAS - El Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares. STAS es un sindicato independiente que representa a más de 800 trabajadores/as agrícolas en las industrias del melón, banano, caña de azúcar y aceite de palma.
"Durante las últimas tres semanas, me he reunido con lxs melonerxs de Fyffes en Honduras," dijo Gabby Rosazza, del Foro Internacional de Derechos Laborales. “Me hablaron sobre las altas cuotas de producción y el acoso verbal que enfrentan por ser parte del sindicato del STAS. Me dijeron que la gerencia no proporciona guantes e incluso se niega a dejar que usen guantes que traen de casa. Como resultado, tienen cortes y lesiones en las manos."
La negativa de Fyffes a respetar el derecho internacionalmente reconocido de lxs trabajadorxs a afiliarse a un sindicato elegido democráticamente es una violación tanto de la ley hondureña como de los convenios internacionales de trabajo. Debido a las violaciones de los derechos laborales y al patrón de violencia antisindical, Suragroh-Fyffes ha sido incluida en la queja de la AFL-CIO en virtud del Trato de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica y una queja ante la Organización Internacional del Trabajo. Fyffes fue suspendido de la Iniciativa de Comercio Ético en mayo de 2017 por violaciones en su cadena de suministro en Honduras.
"Pediremos a los supermercados de los Estados Unidos que suspendan sus relaciones comerciales con Fyffes, como ya lo han hecho algunos supermercados en Europa, hasta que la administración negocie un contrato de buena fe con el STAS," dijo Dana Geffner, Directora Ejecutiva de Proyecto para un Mundo Justo.